jueves, 6 de junio de 2024

MATRIA

 


Ramona (María Vázquez), una mujer de cuarenta años, vive sumida en un contexto laboral y personal tenso y precario en un pueblo de la costa gallega. Hace malabarismos con múltiples trabajos para mantenerse a flote y proporcionar un futuro mejor a su hija Estrella (Soraya Luaces). Pero cuando la joven está preparada para tomar su propio camino, Ramona se da cuenta de que, por primera vez, puede hacer algo por sí misma.


Para dibujar al personaje protagonista, el gallego Álvaro Gago Díaz, realizador y guionista del film, nos presenta a una especie de choni madura, gritona y malhablada, con la que resulta complicado socializar. Una mujer que se rebela en su trabajo cuando se siente explotada y que es una especie de líder entre sus compañeras, pero que, sin embargo, se muestra incapaz de poner orden en su propia casa y en su propia vida. 
Nos muestra también el contrapunto de su personalidad, lo que se esconde debajo de esta amargura a que la ha llevado su perra vida, sobre todo lo vemos en su relación con el anciano al que acompaña, en esa casa, en ese ambiente, en el que también realiza las tareas domésticas, se transforma en un ser casi complaciente, como lo es en el barco en el que faena ocasionalmente y en el que se la trata como a una igual. 
Sin embargo yo no se si esta parte de su personalidad llega al espectador con la misma fuerza que la primera que la convierte en un personaje bastante antipático, al menos hasta que se acerca el desenlace.


Drama social con un envoltorio costumbrista (vemos a Ramona pelando patatas, preparando la comida, haciendo la colada...) y una imponente interpretación de María Vázquez a la que sigue la cámara de manera constante.




miércoles, 5 de junio de 2024

LA REGLA DEL JUEGO

 


Un rico aristócrata duda si abandonar a su amante para conservar el amor de su esposa, una mujer cortejada al mismo tiempo por su confidente y un famoso aviador. En el trascurso de una cacería de fin de semana en Sologne y de una fiesta posterior, las intrigas amorosas de señores y sirvientes se mezclarán desembocando en un hecho inesperado.


Tenida casi de forma unánime como la obra maestra de Jean Renoir, la película fue un absoluto fracaso tras su estreno, debido en parte a una serie de circunstancias que fueron interpretadas de forma errónea, únicamente muchos años después fue reconocida en toda su grandeza esta visión de la sociedad francesa de 1939, una farsa tragicómica, sátira mordaz, pero al tiempo, compasiva, aunque, claramente, los espectadores franceses de la época se quedaron solamente con la primera de sus dos vertientes.


No se si por clarividencia o por mera casualidad, bajo una cierta apariencia de comedia de enredo, Renoir radiografía de forma certera el ambiente de la alta sociedad francesa en un momento en que Europa estaba patas arriba y ellos se dedicaban a vivir en su limbo, rodeados de lujo, transitando de la indolencia al aburrimiento y pendientes del qué dirán mientras solo miran a su propio ombligo volviendo el rostro a la sociedad que les rodea. Un mundo ante el que las clases bajas se limitan a imitar sus peores vicios. Todo ello nos conduce a un final pseudo dramático que remarca la hipocresía del ambiente que la película nos muestra.
Renoir hace un uso extraordinario de la amplitud de campo que le permite mostrar, en una misma escena, situaciones diferentes, incluso contrapuestas.
 



martes, 4 de junio de 2024

LUZ DE FEBRERO

 

Continuación de la novela Olive Kitteridge, en la que la norteamericana Elizabeth Strout continúa con las andanzas de esta mujer cascarrabias, pero vulnerable en el fondo.
Leí en algún lugar que la autora nunca pensó escribir una segunda parte de la novela, pero que el personaje de Olive se le aparecía y no me extraña, porque ha logrado dar con una figura tremendamente atractiva, humana y un tanto especial, con la que acabamos encariñados a pesar de todos sus defectos y gracias a las virtudes que vamos descubriendo.
Al igual que su predecesora, Olive,again (titulo original de la novela), está ambientada en el pequeño pueblo de Crosby, en Maine y se compone de historias interconectadas, en las que Strout nos habla no solo de la consciencia de su propia mortalidad que acompaña a la protagonista, si no de la soledad, el dolor, los conflictos entre padres e hijos o los arrepentimientos.
A lo largo del libro, personas dispares comparten momentos y situaciones reveladoras.
Escrito con una concisión que resulta llamativa, por lo difícil que se antoja, con tal economía en la prosa, reunir tantos detalles y tantas emociones, la autora nos sumerge en las vidas de sus personajes perfectamente dibujados, tratados sin concesiones, pero con respeto y cariño, incluso, llegado el caso, con compasión.



lunes, 3 de junio de 2024

PASSAGES

 


Mientras concluye el rodaje de su última producción, el director Tomas Freiburg (Franz Rogowski) lo celebra en compañía de su marido Martin (Ben Whishaw), el equipo de filmación y sus invitados. Entre estos últimos se encuentra Agathe (Adèle Exarchopoulos), una joven que invita a Tomas a bailar. Pronto, los dos acabarán en la cama. Surge entonces una relación apasionada entre los tres marcada por la pasión, los celos y el narcisismo.


Rechazada tanto en Cannes como en Venecia, la película acabó estrenándose en el Sundance 2023. 
Su realizador, el estadounidense Ira Sachs, ha declarado en alguna ocasión su decepción ante algunas dificultades a la hora de calificar la película, por lo que considera una especie de censura cultural ante films que reflejan relaciones homosexuales o de algunos otros tipos de nuevas relaciones intersexuales en un ambiente social que en ocasiones se muestra hostil a este tipo de representaciones.


La verdad es que el ambiente en que se mueven algunos de los personajes, es lo de menos a la hora del relato que, en realidad, gira alrededor de un personaje engreído y pagado de sí mismo, de esas personas que acaban siendo tóxicas para quienes se relacionan con ellos. Tomas se cree el centro del universo y no es consciente (o aparenta indiferencia) del daño que puede hacer a los demás. Los dos amores entre los que se debate pagan las consecuencias y acaban apartándolo de sus vidas y es que el amor de pareja, por mucho que queramos obviarlo, requiere de cierta exclusividad y, sobre todo, de mucho respeto hacia el otro, de lo contrario, puede ocurrirte como al protagonista que, de buenas a primeras, te encuentres con que te vuelven la espalda por puro hartazgo hacia la altivez y egocentrismo del otro.




viernes, 31 de mayo de 2024

RETORNO A SEÚL

 


Freddie Benoît (Park Ji-min), una joven de 25 años, quiere viajar a Japón aprovechando que tiene dos semanas de vacaciones, pero a causa de un tifón su vuelo ha sido cancelado, así que, siguiendo un impulso, toma el avión que la llevará a Seúl, lo que supone regresar por primera vez a Corea del Sur, donde nació, antes de ser adoptada y criada en Francia. La joven emprende apasionadamente la búsqueda de sus orígenes en este país que le es extraño, dando un giro a su vida hacia nuevos e inesperados rumbos.


En 2011, Davy Chou, realizador y guionista del film, fue a presentar su largometraje documental al festival de cine de Busan en Corea del Sur. Su amiga Laure Badufle le acompañó para enseñarle lo que ella llamaba "su país". Aunque nacida en Corea, Laure fue adoptada en Francia cuando tenia un año y nunca regresó a su país natal hasta que tenía 23 años. En los intercambios con su familia (su padre biológico y su abuela), había una mezcla de tristeza, amargura, incomprensión y remordimientos, incluso una dimensión tragicómica pues, por momentos, eran incapaces de entenderse y lo hacían a través de una intérprete. La situación conmovedora que vivió, llevó a pensar al realizador y productor francés de ascendencia camboyana, que quizá algún día haría una película sobre el asunto.


Creo que era el propio Davy Chou quien relataba en un reportaje que cuando se entrevistó con personas que habían sido adoptadas para documentarse, descubrió que el verdadero drama para muchas de ellas comenzaba cuando se reencontraban con sus padres biológicos. Y es que, en ocasiones, el mundo que pintamos en nuestra imaginación nada tiene que ver con el real y cuando nos sumergimos en éste, puede que lleguemos a desear no haber abandonado aquel. 
Freddie viaja a Corea de chiripa, y lo hace con la idea de pasar unas vacaciones y conocer nuevos horizontes, para nada desea buscar a su familia biológica, pero una especie de llamada interior, la impulsa a intentar contactar con ellos y eso supondrá abrir la caja de pandora y en lugar de cerrar viejas heridas, en algún caso reabrirlas y, en otros, crear otras nuevas. El destino ha enviado a nuestro personaje a otro mundo y quienes pueblan el lugar del que procede no logran acabar de entenderla, ni ella les entenderá tampoco. Siempre sobrevolando el desastroso pasado inmediato de Corea, con una guerra que sigue abierta aunque esté adormecida, del que en el fondo Freddie es víctima. 
Esta no es la típica película en que una joven busca desesperadamente sus orígenes y esos saltos temporales sobre los que está construída la narración, nos permiten comprender mejor cómo ese pasado que nunca existió, transforma el presente de la protagonista en situaciones de infelicidad que trata de llenar con sexo casual, bailes desenfrenados o parejas a las que deja atrás con un simple chasquido de dedos, un vacío interior que va a resultar difícil llenar, porque a veces los mensajes que enviamos, no llegan jamás a su destinatario.




jueves, 30 de mayo de 2024

FALLEN LEAVES

 


Ansa (Alma Pöysti) y Holappa (Jussi Vatanen) viven en Helsinki. Son dos almas solitarias en busca del amor que, por casualidad, se conocen una noche en un karaoke. Su camino hacia la felicidad se verá plagado de obstáculos, desde números de teléfono perdidos, hasta el alcoholismo de él.


En una Finlandia alejada del ideal con que a veces nos retratan a las sociedades nórdicas, estos dos cuarentones que sobreviven con trabajos precarios y mal pagados, viven una particular historia de amor que Aki Kaurismäki nos acerca con ese minimalismo marca de la casa, mientras la radio transmite de forma machacona las noticias sobre la guerra entre Rusia y Ucrania.


Cine al margen de los parámetros comerciales, Kaurismäki no se deja llevar por el pesimismo y abre una ventana al futuro de unos personajes que se nos antojan bastante reales en cualquier sociedad moderna de las llamadas avanzadas.




miércoles, 29 de mayo de 2024

PERFECT DAYS

 


Hirayama (Kôji Yakusho) parece totalmente satisfecho con su sencilla vida de limpiador de baños públicos en Tokio. Fuera de su estructurada rutina diaria, disfruta de su pasión por la música y los libros. Le encantan los árboles y les hace fotos. Una serie de encuentros inesperados revelan, poco a poco, algo más de su pasado.


Ya cuarenta años desde que descubrí el universo de Wim Wenders con la inolvidable París, Texas y ahora, contemplo esta deliciosa reflexión sobre la felicidad de las cosas sencillas. 
Dos aspectos complementarios han llamado poderosamente mi atención, por un lado la evocadora banda sonora, a base de composiciones musicales de los 60 y 70 que no se limitan a adornar la historia, sino que suponen toda una experiencia musical en sí mismas y que son para el oído lo mismo que para la vista las fotos de los árboles que Hirayama obtiene con su cámara analógica, enfatizando la belleza a modo de instantáneas auditivas. 
La otra, la propia ciudad, con tomas cuidadosamente elegidas, que llegan a la sublimación con los retretes que limpia el protagonista. El baño público, quizá junto a los contenedores de basura, es lo más humilde y, al tiempo, lo menos agradable, por el fin a que está destinado, que podemos encontrar en una ciudad y, sin embargo, ¡son cosas tan necesarias! Wenders echa mano de estas auténticas obras de arte diseñadas por arquitectos de renombre para los juegos olímpicos de la pandemia (se construyeron 17, diseñados, entre otros, por Takanosuke Sakakura, Nao Tamura, Tadao Ando, Kengo Kuma, Kazoo Sato o Shigeru Ban, o por diseñadores de interiores como Masamichi Katayama, que trabaja para la prestigiosa marca Wonderwall, o el diseñador gráfico Kashiwa Sato), que subliman a estos espacios públicos, perfectamente integrados, casi siempre en entornos verdes, verdaderas joyas de arquitectura urbana y ponen en valor su presencia entre nosotros, al tiempo que se transforman, en el film, en una metáfora sobre esa felicidad que debemos buscar en lo sencillo y cotidiano, pero que, al tiempo, nos resultan ambiguos, atractivos e intrigantes, en algún caso resultando difícil deducir qué esconde aquella estructura.


El realizador y guionista germano cuenta una historia, si se quiere intrascendente, eso es cierto, pero al tiempo, nos invita a sumergirnos en el lienzo de la vida de un hombre corriente que ha sabido elegir y se ha quedado con la felicidad de lo sencillo, de lo humilde y del gozo que supone disfrutar de sus particulares rutinas y de sus humildes aficiones, en definitiva, sacarle partido a lo cotidiano que, como digo siempre, en muchas ocasiones solo aprecias cuando te falta.